¿Qué cultivos son los más importantes para Tucumán?

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La provincia de Tucumán, aunque es la más pequeña del territorio continental argentino, representa uno de los motores clave de la agroindustria nacional. Con un perfil productivo que ha sabido adaptarse a los vaivenes económicos, las transformaciones tecnológicas y las exigencias del mercado global, el agro tucumano se sostiene sobre tres pilares fundamentales: los cítricos, especialmente el limón; la caña de azúcar; y la soja. Estos cultivos no solo moldean el paisaje rural, sino también la identidad productiva y la economía de la región.

El limón: emblema de proyección internacional

El limón es, sin dudas, el rostro más conocido del agro tucumano en el exterior. La provincia concentra más del 85% de la producción nacional de limones y ha logrado posicionarse entre los principales exportadores mundiales de fruta fresca y productos derivados, como aceites esenciales, jugos concentrados y cáscaras deshidratadas.

Este liderazgo internacional no es casual. Se apoya en una serie de ventajas comparativas como el clima subtropical húmedo, el suelo fértil, y sobre todo, en la implementación de tecnologías de avanzada en producción, empaque y trazabilidad. A lo largo de las últimas décadas, el limón ha pasado de ser una alternativa a la crisis azucarera, a convertirse en una verdadera industria con alto valor agregado y generación intensiva de empleo.

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En diálogo con medios locales, referentes del sector agroindustrial han señalado que la citricultura en Tucumán genera decenas de miles de puestos de trabajo directos e indirectos, consolidándose como uno de los motores económicos más dinámicos. No obstante, el crecimiento del sector también plantea desafíos ambientales y sociales, como la concentración de tierras y la presión sobre pequeños productores.

La caña de azúcar: historia viva de la provincia

Hablar del agro tucumano es también hablar de caña de azúcar. Este cultivo ha marcado profundamente la historia productiva, social y cultural de la provincia. Desde fines del siglo XIX, cuando comenzó a reemplazar a los cereales como cultivo dominante, la caña se expandió rápidamente alimentando una red de ingenios y comunidades organizadas en torno a la zafra.

Hoy, con más de 150.000 hectáreas cultivadas, la caña de azúcar sigue siendo una actividad central. Sin embargo, enfrenta nuevas exigencias: debe reinventarse para ganar competitividad, responder a las preocupaciones ambientales y aprovechar al máximo su potencial industrial. En ese sentido, la producción de bioetanol y la cogeneración de energía eléctrica a partir del bagazo (residuo de la molienda) aparecen como oportunidades estratégicas para su reconversión.

La sucroquímica, una rama en expansión que busca derivar del azúcar productos como bioplásticos, solventes y cosméticos, también se perfila como una vía de diversificación con impacto ambiental positivo. La clave está en la inversión en ciencia y tecnología, la articulación con el sector público y la capacitación de los trabajadores.

Soja: el nuevo paradigma agrícola del este y sur tucumano

El tercer gran pilar del agro provincial es la soja. Desde los años 90, con la irrupción de las variedades transgénicas resistentes al glifosato y la adopción de la siembra directa, la oleaginosa ha ganado terreno en zonas antes dominadas por caña o maíz. Hoy, el este y el sur de Tucumán constituyen una frontera agrícola pujante donde la soja marca el ritmo de la campaña.

Este cultivo ha permitido mejoras sustanciales en la productividad por hectárea y ha dinamizado la rotación con otros cultivos como el trigo. Además, ha atraído inversiones, desarrollado servicios logísticos y estimulado la incorporación de maquinaria agrícola de precisión. No obstante, también ha traído consigo polémicas sobre el uso intensivo de agroquímicos, la pérdida de biodiversidad y el desplazamiento de pequeños productores.

Expertos locales advierten que el crecimiento de la soja debe ir acompañado de políticas activas para mitigar sus impactos y fomentar esquemas productivos más sostenibles, que incluyan buenas prácticas agrícolas, conservación de suelos y diversificación de especies.

La agricultura tucumana del siglo XXI está profundamente atravesada por la tecnología. Sensores remotos, imágenes satelitales, sistemas de información geográfica y riego automatizado ya forman parte del nuevo paisaje agrario. Este avance ha sido impulsado tanto por el sector privado como por instituciones públicas de investigación y extensión rural.

Sin embargo, el cambio climático se ha convertido en un desafío estructural. Sequías, lluvias extremas y heladas tardías afectan de manera recurrente la producción. Frente a este escenario, se multiplican las estrategias de adaptación: selección de variedades resistentes, manejo eficiente del agua, incorporación de coberturas vegetales y agricultura regenerativa son algunas de las respuestas que comienzan a implementarse.

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El Plan Hídrico Estratégico, lanzado en 2021, apunta a ordenar el uso del agua en cuencas críticas como las de los ríos Marapa y San Francisco, aunque su implementación aún enfrenta dificultades.

¿Un modelo en transformación?

Más allá de los tres cultivos principales, el agro tucumano está en permanente transformación. Nuevas actividades como la fruticultura diversificada, la horticultura intensiva y la producción orgánica están en expansión, sobre todo en pequeñas y medianas explotaciones que buscan nichos de mercado.

Al mismo tiempo, crece la conciencia sobre la necesidad de una producción más inclusiva y territorialmente equilibrada. Organizaciones campesinas, cooperativas y técnicos promueven modelos agroecológicos que, sin renunciar a la rentabilidad, priorizan la salud ambiental y la justicia social.

Tucumán es hoy un verdadero laboratorio a cielo abierto donde conviven las herencias del monocultivo azucarero, las promesas de la biotecnología, las urgencias del cambio climático y las esperanzas de una ruralidad más justa.

Como sintetiza el agrónomo y docente universitario Diego Peralta: “El agro tucumano no se puede pensar solo en términos de exportaciones. Tiene que ser también una herramienta de desarrollo local, de inclusión, de arraigo rural. La clave está en construir políticas públicas que fortalezcan la diversidad, el agregado de valor y el vínculo entre productores, técnicos y consumidores”.

En definitiva, los cultivos más importantes de Tucumán no son solo cifras en una planilla. Son expresiones de un territorio dinámico que, entre tensiones y oportunidades, sigue buscando su camino hacia un desarrollo sostenible, equitativo y resiliente.

Grupo Ruiz - Tucumán

Grupo Ruiz Tucuman un portal de información agraría y de negocios desde Argentina en la Provincia de Tucumán