Tucumán, una provincia situada en el noroeste argentino, ha consolidado una trayectoria en la agricultura que combina historia, tecnología, adaptación y proyección. Desde los cultivos de cereales en el siglo XIX hasta su liderazgo actual en la producción de limones y caña de azúcar, el sector agropecuario tucumano se ha transformado en un eje estratégico de la economía regional y nacional. Este artículo explora los principales hitos, el escenario actual y los planes a futuro que perfilan el destino agrícola de Tucumán.
Raíces históricas y evolución de la agricultura en Tucumán
La actividad agrícola en Tucumán se remonta a finales del siglo XIX, cuando el maíz y el trigo ocupaban el centro de la escena. En 1875, estos cereales representaban el 44% del valor agrícola de la provincia. La llegada del ferrocarril en 1876 y las políticas proteccionistas impulsaron la expansión de la caña de azúcar, que pasó de 1.500 hectáreas en 1874 a 47.000 en 1900. Para 1930, el cultivo alcanzaba las 118.052 hectáreas, posicionándose como el principal producto agrícola de Tucumán.
Durante la primera mitad del siglo XX, la caña de azúcar continuó su consolidación, mientras que los cítricos comenzaban a ganar terreno. En 1960, ya se contabilizaban 17.500 hectáreas dedicadas a la producción de naranjas. La década de 1960 marcó un punto de inflexión con la aparición de la soja como cultivo emergente, especialmente en el este y sur de la provincia. En 1990, la soja ya cubría 95.951 hectáreas, impulsada por la creciente demanda internacional.
Simultáneamente, los limones comenzaron a reemplazar a las naranjas, debido a plagas como la tristeza de los cítricos. En tanto, el trigo registró un notable crecimiento, con 142.208 hectáreas en 2002, muchas de ellas utilizadas en rotaciones con soja. En ese contexto, la caña de azúcar redujo su superficie a 174.960 hectáreas, reflejando una diversificación productiva en curso.
Estado actual del agro tucumano
De acuerdo con el Censo Nacional Agropecuario 2018, Tucumán cuenta con 4.085 explotaciones agropecuarias que abarcan más de un millón de hectáreas. De ellas, 548.704,8 hectáreas están cultivadas. El uso de la tierra se distribuye entre propiedad (805.954,9 ha), arrendamiento (181.352,5 ha) y sucesión indivisa (28.646,4 ha), con 37.519,1 hectáreas efectivamente irrigadas.
Los cultivos más representativos del presente son:
- Caña de azúcar: 150.000 hectáreas cultivadas, aportando el 64% de la producción nacional.
- Maíz: 117.614 hectáreas, siendo el principal cereal.
- Limones: 25.000 hectáreas, con el 85% de la producción nacional.
- Soja: aproximadamente 99.710 hectáreas bajo siembra directa.
Además, la provincia destaca en la producción de arándanos, con 1.163 hectáreas que representan el 40% de la oferta nacional, y frutillas, con 343 hectáreas destinadas mayoritariamente a exportación congelada.
Proyecciones a futuro y estrategias de desarrollo
El futuro de la agricultura en Tucumán se encuentra guiado por tres pilares: sostenibilidad, tecnología y adaptación climática. En ese marco, se destacan una serie de iniciativas clave:
- PROICSA: Programa orientado a pequeños productores de caña de azúcar, beneficiando a más de 2.600 familias y renovando más de 5.000 hectáreas.
- PRODERI: Impulsa el desarrollo rural inclusivo mediante proyectos productivos que alcanzan a más de 1.200 familias.
- PISEAR: Promueve la inclusión socioeconómica de pequeños productores y comunidades indígenas, mediante capacitación y acceso a mercados.
- Plan Tucumán Emerge: Busca fomentar el empleo, la innovación, el financiamiento y el cuidado ambiental a nivel regional.
Proyecciones por cadena productiva
- Limones: Se apunta a fortalecer la industria con tecnología, nuevos productos derivados y reapertura de mercados como EE.UU. y China.
- Arándanos: Mejora genética, certificación orgánica y desarrollo de subproductos como jugos.
- Frutillas: Promoción de la marca “Tucumán” y fomento del consumo interno.
- Palta: Aumento de hectáreas ante la creciente demanda internacional.
- Caña de azúcar: Apuesta por la bioenergía, bioplásticos y cogeneración eléctrica.
- Granos: Diversificación, rotación con cultivos de cobertura y uso de tecnologías de información.
- Horticultura: Crecimiento en alimentos congelados y desarrollo de semillas certificadas.
- Producción porcina: Impulso por aumento del consumo interno y posibilidades de exportación a China.
Cambio climático y prácticas sostenibles
Uno de los grandes desafíos para el agro tucumano es el cambio climático. Las sequías prolongadas, heladas tardías y lluvias intensas impactan negativamente en las cosechas. Para enfrentar esta situación, muchos productores están adoptando:
- Riego tecnificado y eficiente.
- Conservación del suelo.
- Cultivo de variedades resistentes.
- Capacitaciones en buenas prácticas agrícolas.
Tucumán ha logrado una evolución destacable en su perfil agroindustrial, pasando de una economía basada en cereales a un sistema diversificado, innovador y exportador. Actualmente, la provincia lidera la producción nacional de limones y caña de azúcar, y avanza en otros cultivos como soja, arándanos y palta. Frente a los desafíos climáticos, las políticas públicas y las nuevas tecnologías aparecen como herramientas claves para asegurar la sustentabilidad del agro tucumano en las próximas décadas.
En este contexto, el campo tucumano no solo mantiene su relevancia histórica, sino que se proyecta como un modelo de agricultura adaptativa y resiliente para el siglo XXI.
