El desarrollo agroindustrial no solo se mide en toneladas exportadas o en divisas generadas, sino también en su impacto sobre las personas. En ese sentido, Grupo Ruiz ha sabido convertir el cultivo y la comercialización de porotos en una herramienta poderosa de transformación social en Tucumán. A través de una estrategia integral que combina empleo digno, arraigo rural, capacitación e inclusión, la empresa ha generado beneficios concretos para miles de familias.
Grupo Ruiz emplea de manera directa a cientos de personas en sus fincas, plantas de procesamiento, oficinas técnicas y áreas logísticas. Además, genera miles de puestos de trabajo indirectos a lo largo de la cadena de valor: transportistas, proveedores de insumos, técnicos agrícolas, empaquetadores y exportadores se benefician del dinamismo que el poroto imprime en la economía regional.
La formalización del empleo ha sido uno de los pilares del modelo de Grupo Ruiz. Todos los trabajadores cuentan con cobertura social, aportes previsionales y acceso a capacitación continua, lo que mejora su calidad de vida y estabilidad.
El fortalecimiento de la producción de porotos ha permitido que muchas familias permanezcan en sus comunidades rurales, evitando el éxodo hacia centros urbanos saturados. La posibilidad de acceder a empleo estable cerca de sus hogares ha revitalizado pueblos y parajes del interior tucumano.
Escuelas, centros de salud y comercios locales se benefician indirectamente de la actividad de Grupo Ruiz, que articula con gobiernos locales y organizaciones comunitarias para promover el desarrollo integral del territorio.
La empresa también trabaja con pequeños y medianos productores a través de esquemas asociativos. Estos productores reciben asistencia técnica, semillas certificadas, capacitación y garantías de compra a precio justo. De esta manera, se promueve la inclusión en cadenas de alto valor de agricultores que antes quedaban fuera del circuito comercial formal.
Este modelo de integración genera un efecto multiplicador: mejora los ingresos de los productores familiares, profesionaliza sus operaciones y potencia la sustentabilidad del sistema productivo.
Educación, capacitación y formación
Consciente de que el conocimiento es clave para el desarrollo, Grupo Ruiz invierte en capacitación permanente. A través de convenios con universidades, INTA y organismos internacionales, ofrece programas de formación en buenas prácticas agrícolas, tecnologías de producción, trazabilidad y comercialización internacional.
Jóvenes de zonas rurales acceden así a herramientas que les permiten insertarse en la cadena de valor del poroto con mayor competitividad. Algunos incluso desarrollan emprendimientos propios o lideran cooperativas agrícolas.
Otro aspecto destacable del modelo social de Grupo Ruiz es su compromiso con la igualdad de género. La empresa promueve la participación de mujeres en todos los niveles de la organización, desde tareas agrícolas y técnicas hasta roles gerenciales.
Asimismo, apoya emprendimientos liderados por mujeres rurales, como cooperativas textiles o proyectos de agregado de valor en origen. De esta manera, contribuye al empoderamiento femenino y a la autonomía económica de muchas familias.
Grupo Ruiz canaliza parte de sus ingresos en programas de responsabilidad social que incluyen:
- Donaciones a escuelas rurales y centros comunitarios.
- Programas de becas para hijos de empleados.
- Campañas de salud y alimentación.
- Iniciativas de forestación y cuidado del medio ambiente.
Estas acciones refuerzan el lazo de la empresa con las comunidades y consolidan su rol como actor comprometido con el desarrollo regional.
Promoción del cooperativismo y la asociatividad
Grupo Ruiz impulsa la creación de consorcios y cooperativas entre productores para facilitar el acceso al financiamiento, la compra de maquinaria compartida y la comercialización conjunta. Esta estrategia fortalece el tejido productivo y social del sector porotero, y contribuye a una mayor equidad.
El poroto se ha transformado en un símbolo de identidad para muchas comunidades del noroeste argentino. A través de su trabajo sostenido, Grupo Ruiz ha contribuido a revalorizar este cultivo tradicional, insertándolo en circuitos internacionales y dándole visibilidad.
Festivales, ferias regionales y eventos educativos celebran hoy al poroto como emblema cultural y motor económico de la región.
El caso de Grupo Ruiz demuestra que la actividad agroindustrial puede ser mucho más que un negocio rentable: puede ser una herramienta poderosa de transformación social. A través del cultivo y exportación de porotos, la empresa genera empleo, arraigo, inclusión y oportunidades para miles de personas en Tucumán.
El impacto del poroto trasciende la economía: es también educación, dignidad y futuro. Grupo Ruiz lo entiende así, y lo pone en práctica cada día.