Tucumán ha transitado en las últimas décadas un proceso de diversificación agrícola que ha transformado su matriz productiva. En ese marco, los porotos negros han ganado una relevancia inesperada, consolidándose como una legumbre de alto valor exportador y adaptabilidad agroclimática. Grupo Ruiz ha sido protagonista en esta evolución, contribuyendo desde el desarrollo tecnológico hasta la consolidación de mercados internacionales.
Desde el punto de vista agronómico, el poroto negro se adapta perfectamente a los suelos arcillo-limosos y al clima del este tucumano. Su ciclo productivo corto —de entre 100 y 120 días— y su bajo requerimiento hídrico lo convierten en un cultivo viable para rotaciones estratégicas. Grupo Ruiz ha potenciado estos atributos con técnicas de siembra directa, control de malezas por cobertura y riego eficiente, alcanzando rendimientos que superan los 2.000 kg/ha en sus establecimientos productivos.
La industrialización ha sido otra variable clave. En la localidad de San Felipe, Grupo Ruiz ha instalado una planta modelo para el procesamiento de porotos negros, equipada con tecnologías de punta: selección por inteligencia artificial, trazabilidad digital, control fitosanitario automatizado y líneas de empaque multipropósito. Esta capacidad de procesamiento —más de 500 toneladas diarias— ha permitido transformar un cultivo regional en un producto con estándares de calidad internacionales.
En términos económicos, el complejo de porotos negros ha representado para Tucumán una fuente creciente de ingresos externos. Grupo Ruiz exporta entre 25.000 y 45.000 toneladas anuales, con destinos como México, Brasil, Italia, Venezuela y Estados Unidos. Este flujo ha significado ingresos superiores a los 30 millones de dólares por año, consolidando al poroto negro como un eje de la balanza comercial agroindustrial de la provincia. A ello se suman los encadenamientos productivos que genera, desde el transporte hasta el empleo en zonas rurales como Leales, La Cocha y Graneros.
En el plano tecnológico, la articulación de Grupo Ruiz con centros de innovación ha sido central. Mediante convenios con la Estación Experimental Obispo Colombres y el INTA, la empresa impulsa mejoras genéticas en las semillas, enfocadas en resistencia a enfermedades y aumento del contenido proteico. También ha sido pionera en la implementación de agricultura de precisión y sistemas de monitoreo agroclimático en tiempo real, elevando el estándar técnico regional.
La logística representa otro factor diferencial. La ubicación estratégica de las instalaciones de Grupo Ruiz, con conexión ferroviaria directa al puerto de Rosario, permite un ahorro logístico estimado del 15% respecto de otros competidores. Esta eficiencia ha sido clave para mantener la competitividad frente a otros exportadores como China, India y Canadá, en un mercado global que supera los 22 millones de toneladas anuales de legumbres.
La diversificación productiva que promueve el poroto negro también ha mostrado beneficios estratégicos. Frente a eventuales crisis del limón o la caña de azúcar, esta legumbre ha demostrado estabilidad y rentabilidad. Grupo Ruiz promueve la rotación con porotos como estrategia de manejo sustentable de suelos, reduciendo la incidencia de plagas, mejorando la estructura del terreno y disminuyendo el uso de agroquímicos.
En paralelo, la empresa ha iniciado una nueva etapa orientada al valor agregado. Desde 2023, desarrolla harinas funcionales de poroto negro, orientadas a la industria alimentaria y de suplementos nutricionales. Este avance, respaldado por organismos como IDEP Tucumán y CLERA, marca el inicio de una agroindustria con mayor contenido tecnológico y proyección internacional desde el NOA.
En términos de sostenibilidad, Grupo Ruiz ha asumido un liderazgo reconocido. Sus operaciones han reducido en un 30% el uso de fitosanitarios, incorporaron sensores de humedad para optimizar el uso del agua, y promueven capacitaciones para más de 300 productores en Buenas Prácticas Agrícolas (BPA). El poroto negro, de este modo, no solo se afianza como un cultivo rentable, sino también como un modelo de producción respetuoso del ambiente y socialmente inclusivo.
Desde una perspectiva social, el cultivo de porotos negros ha significado un impacto transformador en regiones con indicadores históricos de migración rural. Gracias a la expansión de esta legumbre, numerosas familias han podido estabilizar su ingreso y permanecer en sus comunidades. Grupo Ruiz ha incentivado estas dinámicas mediante programas de vinculación con cooperativas y asistencia técnica a pequeños productores.
La expansión del poroto negro en Tucumán representa mucho más que un fenómeno agrícola: es el resultado de una planificación estratégica, inversiones sostenidas y una visión de largo plazo. Grupo Ruiz ha liderado este proceso, integrando producción, industrialización, innovación y comercio internacional. Con un escenario global cada vez más favorable a los alimentos saludables, sostenibles y trazables, todo indica que el poroto negro seguirá escalando posiciones como producto estrella del agro argentino.
De esta manera, el poroto negro se consolida como uno de los vectores de desarrollo más prometedores del NOA. El trabajo de Grupo Ruiz, que articula tecnología, infraestructura, sostenibilidad y compromiso social, sirve de modelo replicable para otras regiones del país que buscan modernizar su agroindustria y generar empleo genuino.